En cuatro encuestas que accedió Clarín en los últimos días, el jefe de Gobierno tiene mejor imagen (entre positiva y negativa) que el Presidente. Los estudios son de las consultoras Management & Fit, D'Alessio IROL - Berensztein, Jorge Giacobbe y Métrica. En otras tres, de RDT, Analogías y Ricardo Rouvier, sigue arriba Alberto Fernández. Hasta hace poco, el Presidente ganaba en todas.
Larreta, de todos modos, es consciente de que su postura zen será muy difícil de sostener, incluso para la previa del 2021. Para la reelección porteña tenía una ventaja: la campaña era la misma gestión, el terreno donde más cómodo se mueve. Su principal preocupación para ese comicio era inaugurar la mega obra de Paseo del Bajo a tiempo. O sea antes de la votación. La pelea nacional es otra cosa.
"Voy a tener que aprender a hacer política", exagera ante su entorno. Mientras, el jefe de Gobierno hace un primer balance positivo del armado opositor: "Está contento porque se mantuvo unido Juntos por el Cambio, después de la durísima derrota electoral, después de elegir las autoridades del Congreso, que siempre dejan heridos; y después también de elegir autoridades en el PRO y en la UCR".
"Acá lo importante -siguen- es que todos entendamos que este es un proyecto de poder, para ganar el año que viene y volver a la Rosada en el 2023. No somos testimoniales. Y con todos adentro. Con los más duros, como Patricia (Bullrich) o (Alfredo) Cornejo, y con moderados como Horacio". ¿Y Macri?, preguntó Clarín. "También. Participó de las tres últimas reuniones antes de irse a París. Si será candidato o no, hoy es imposible saberlo".
Como en algún momento ocurrió con Sergio Massa, la postura del jefe de Gobierno se basa en una teoría numérica que apunta al medio. Cree que el kirchnerismo tiene un voto duro del 25%, Juntos por el Cambio del 20% y que hay que salir a buscar en el 55% restante para ganar. En su razonamiento, es un electorado que quiere moderación. Por eso, mientras pueda, prefiere hablarles en silencio.
POR EDUARDO PALADINI
CLARIN