Esta disyuntiva se dio a la hora de discutir el nivel adecuado al que correspondía subir la tasa de interés. Algunos miembros del equipo propusieron que cruzara la línea de 100% nominal anual. Pero subsistió la línea "moderada", que la dejó en 97%. A diferencia de lo ocurrido en marzo, al menos esta vez el consenso fue que había que actuar rápido, para que los pesos no se tienen con la dolarización.
Otras medidas que entraron en el paquete, como la posibilidad de importar alimentos frescos, la reducción indirecta de aranceles de insumos críticos, el nuevo plan de pagos de AFIP o la creación de una unidad conjunta de monitoreo de precios, podrían haber sido activadas el mes pasado, o en enero. Pero en ese momento la tendencia de los precios no parecía demasiado preocupante. El dólar no había escalado, y el paraguas ofrecido hasta el momento por el FMI parecía suficiente.
Este debate se entronca con el clásico shock o gradualismo. Lo que sucede es que en la Argentina golpear fuerte no garantiza un nocaut, a menos que implique un cambio de régimen, como el Austral o la convertibilidad. Massa prefiere un camino intermedio, que es mantener la secuencia de medidas. Ya prometió que habrá más en la semana. Pero quiere ver antes si el FdT ofrece alguna señal política.
Hernán de Goñi
Director periodístico
EL CRONISTA