No era una idea del todo nueva para ella. Meses atrás había propiciado incorporar a Milei a Juntos por el Cambio, pero los radicales saltaron como leche hervida y el referente de LLA se mostró ofendido al afirmar que no había pedido tal cosa. No obstante, hace menos de cinco meses Milei también hizo un guiño audaz: “Si estuviera en una alianza con la señora Bullrich –afirmó–, ganamos en primera vuelta caminando”.
En efecto, es una cuestión matemática: sumados los votos que consiguieron por separado, tal vez hoy estarían electos. Pero en JxC pasó lo contrario: prefirieron restarse entre sí. Ya en marzo, Macri le había pedido a Rodríguez Larreta, en vista de sus inestables mediciones, que bajara su candidatura y acompañara a Patricia Bullrich como jefe de Gabinete, algo que sucedió después de las desgastantes PASO, que lo dejaron por el camino, y a último momento, como un gesto tardío de pegar lo que siempre había estado roto. Tuvieron el castigo de las urnas.
Todo volvió a una suerte de punto de partida, de crudo sinceramiento ideológico, pero más magullados, con una apuesta muy riesgosa y un resultado electoral incierto.
Pablo Sirvén
LA NACION