Tal vez Milei no reparó para intentar comprender ese conjunto en una maniobra propia que le permitió arrebatar tres votos de diputados tucumanos aportados por el gobernador peronista Osvaldo Jaldo. Otros dos, del total de cinco, responden al ex gobernador Juan Manzur. Aquella captura resultó posible con una concesión: permitió, pese a su ideario económico liberal, el mantenimiento de la protección a la industria azucarera. Manual básico de la política.
El enredo con Córdoba resultó aún mayor. Milei despidió al titular de la ANSeS, Osvaldo Giordano, porque su esposa, la diputada Alejandra Torres, votó negativamente varios artículos. Al tacho el principio libertario de no pensar nunca en manada. El gobernador cordobés es Martín Llaryora, aunque ambos fueron recomendados por Juan Schiaretti. También rodó la cabeza de Flavia Royón, ligada al manadario massista de Salta, Gustavo Sáenz, cuyos diputados para el mileísmo fueron desertores.
¿Será el inicio de una depuración más profunda? Esa posibilidad convirtió a la interna libertaria en un hervidero. El bloque de diputados está quebrado. Patricia Bullrich promueve más oxigenación y firmeza. Viene sumando influencia. Su mirada coincide ahora con la de Mauricio Macri. La pelea por la titularidad del PRO ha quedado en pausa. Desconfía del ministro del Interior, Guillermo Francos, por haber arrimado a Daniel Scioli. ¿El aún embjador en Brasil podrá asumir en Turismo si progresa algún pacto con el PRO? Opina, además, que a partir de marzo el mcrismo y los libertarios debieran confluir en un solo bloque en Diputados. ¿Con Cristian Ritondo en reemplazo de Martín Menem en la jefatura de la Cámara?
Luis Caputo pareció mantenerse ajeno a los corcoveos de la política. Arriesgo en medio del fuego cruzado que la “Ley Omnibus” no resulta imprescindible. Cree tener los resquicios necesarios para seguir implementado el ajuste. El primero lo encontró con la venia de Milei: el recorte de los subsidios al transporte en todas las provincias. Las más afectadas serán Córdoba y Santa Fe. Los perjudicados políticos resultarán también los intendentes de los grandes centros urbanos.
El conflicto tuvo otra vez vínculo con Córdoba. Fue comunicado por el secretario de Transporte, Franco Mogetta. Un funcionario que también llegó por consejo de Schiaretti. El gobernador Llaryora prefirió no escalar la discusión y dejó para el frente de batalla a los alcaldes de la ciudad capital y San Francisco. Firmaron una declaración muy crítica con otros 45 pares del interior.
El recorte solo profundizaría las inequidades que existen en aquel terreno. Los subsidios al transporte en el interior representan el 15% del total. Unos $100 mil millones. El 85% restante corresponde al AMBA que, de acuerdo con la información del Gobierno, se mantendría “con correcciones”. La apelación al beneficio que significaría la tarjeta SUBE resulta relativa. Funciona solo en 60 ciudades del interior.
La urgencia por achicar el déficit impulsa al Gobierno, tal vez, a tomar medidas apuradas. Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, se empeña noblemente en liquidar el negocio de las organizaciones sociales con la distribución de alimentos. Pero aletarga el presente: se reunió la última semana con Caritas y una entidad de la Iglesia Evangélica para que se involucren en el tema.
Desde Israel, en su gira política-religiosa, el Presidente compartió en redes, en hebreo, un pasaje de la Biblia que describe como “ardió la ira de Moises”. Un gobernador apuntado por los libertarios distribuyó ese detalle entre sus colegas. Parece temprano y riesgoso imaginar en la Argentina las vísperas de una “guerra santa”.
EDUARDO VAN DER KOOY
CLARIN