En la medida en que la obra avance en los tiempos previstos, se necesitará importar menos gas para cubrir las necesidades que tiene el país y hasta se podrá pensar en futuras exportaciones para el rubro, de manera que la balanza comercial deje ese saldo favorable con el que Economía cuenta para, por ejemplo, efectuar la recompra de bonos.
Pero esa diferencia también debería servirle para amortiguar el impacto de un factor que no puede controlar y que, por lo visto en los últimos meses, complicará más sus cuentas: la sequía que asola a la zona agropecuaria y abre un gran signo de interrogación sobre los ingresos que dejará la próxima cosecha. Si la balanza comercial no arroja un fuerte saldo positivo, como lo hizo en 2022, se complicaría también la reducción del déficit fiscal en un año con elecciones por delante, lo que ya de por sí implica más presión para aumentar el gasto.
Por lo pronto, según trascendió, Economía ya tiene pensado licitar la compra de 36 buques de GNL por un valor 60% menor al presupuestado originalmente. De allí saldrá el que, según anunció Massa, se usará para la recompra de los bonos. Una movida arriesgada que requiere ordenar las cuentas para que los resultados no se pierdan en el camino.
POR WALTER BROWN
EL CRONISTA