Las divergencias en el Estado sobre la Seguridad aparecen cuando se esboza una inquietante penetración del conurbano en la Ciudad. Patricia Bullrich se encargó de desmentir personalmente que el éxito del último operativo en el Congreso se deba a que fue organizado por la Policía Federal. Una patraña detrás de la que estarían Diego Kravetz y Santiago Caputo. Y que, en su versión completa, indicaría que el número dos de la SIDE y el asesor presidencial intervinieron para que sea supervisado por los uniformados.
El deseo de Kravetz de sustituir a Bullrich en el Ministerio de Seguridad goza de la publicidad suficiente para sembrar dudas sobre sus competencias para custodiar secretos. Tal vez se trate de un apego excesivo al consejo de sus asesores: salir de las sombras, un ámbito que lo alejaría de ser candidato a intendente en Lanús. Si fuese así, podría darle alivio a Sergio Neiffert, su superior. E, incluso, a Santiago Caputo. El mentor de Neiffert. En apariencias, ligados por lealtades inquebrantables que forjaron por un pasado común en Malvinas Argentinas. Seguramente una murmuración maliciosa, inspirada en lo poco que se sabe y por todo lo que se ignora de ese Lejano Oeste del conurbano.
Tal vez tenga el mismo origen la versión que coloca a Bullrich al tope de la lista de legisladores locales en la Ciudad por La Libertad Avanza. Buenos Aires Primero, la alianza con la que competirá Pro, tiene al MID entre sus integrantes. Ramiro Marra milita en la fuerza que preside Oscar Zago, el diputado que tiene a Marcela Pagano de aliada en la Cámara de Diputados. Pagano aguarda que Martin Menem la confirme al frente de la comisión bicameral de Juicio Político. ¿Macri piensa en Marra como candidato?
Como sea, los aliados de Ritondo y Santilli comparan el 18 de mayo con su batalla de Caseros para emanciparse de los Macri. Una comparación desventajosa para ellos en cualquier terreno. Esa confrontación sería proseguida de una integración de los presuntos rebeldes con los libertarios. “Una boda color de rosa” como bromeó uno de ellos, por el resultado que le asignó a la fusión del amarillo y el violeta que los identifica y que, paradójicamente, se neutralizan entre sí.
Los bloques de diputados de ambas fuerzas en la Legislatura bonaerense estuvieron en el recinto para la sesión pedida por La Libertad Avanza para suspender las PASO, que fracasó por falta de quórum. Carlos Bianco urgió a Alexis Guerrera la semana pasada para que resuelva el pedido de sesionar efectuado por Agustín Romo. Una singular coincidencia entre la izquierda y la derecha bonaerense.
Al ministro de Gobierno lo inquieta la posibilidad de que Axel Kicillof quede entrampado por las decisiones que está tomando para desdoblar las elecciones. El gobernador convocó a las PASO para el 13 de julio con el argumento de que no puede hacer otra cosa si la Legislatura no resuelve suspenderlas. La oposición podría acompañarlo. Pero le exige que difunda el calendario electoral completo.
Romo preside la bancada libertaria y no está dispuesto a que Kicillof les arrebate la agenda de reformas políticas. Guerra preside la Cámara por Unión por la Patria. Pero es La Cámpora quien controla sus bloques legislativos. No se toman resoluciones en la Legislatura sin su consentimiento. Si no se suspenden, las listas de las PASO deberán presentarse el 13 de mayo.
La organización de Máximo Kirchner inscribirá la alianza “Cristina conducción.” Un desafío abierto a Kicillof. Si la Legislatura no sesiona en abril, el gobernador no contaría con plazos para desdoblar. Es lo que pretende La Cámpora. Encerrarlo en su propio laberinto. Sergio Massa sabría obtener ventaja del status quo que proyecta al resto de la administración la parálisis de la disputa kirchnerista.
El líder del Frente Renovador tendría peso decisivo en el Tribunal de Casación bonaerense. El tribunal más importante después de la Corte, donde los desacuerdos legislativos mantienen sin cubrir cuatro vacantes sobre un total de siete miembros. La falta de acuerdo entre los tres vocales obliga a convocar a cuatro conjueces del Tribunal de Casación para que los fallos de la Corte sean avalados por mayoría.
Juristas avezados creen observar la repetición de una mecánica en los fallos de la Corte. Por lo general, Sergio Torres votaría en disidencia con los otros dos vocales: Hilda Kogan y Daniel Soria. Lo que obliga a convocar a la presidente de Casación, Maria Florencia Budiño, a su vice, Mario Kohan, y a otros dos jueces por sorteo. Roberto Maidana, Daniel Carral y Víctor Violini resultan generalmente los más elegidos por el incorruptible software del bolillero electrónico.
Budiño suele votar con Kogan y Soria. El resto de los jueces de Casación lo hacen con Torres. A través de Ezequiel Corteletti, Torres le habría sugerido a Sebastián Pareja “apurar” el trámite jubilatorio que ya tienen iniciados Kogan y Torres. La Corte está facultada para regular el ritmo de ese proceso.
Corteletti es relator de Torres en la Corte, adonde llegó por pedido de Horacio Rodríguez Larreta a Cristian Ritondo. Dos muy buenos amigos de Massa. Igual que Pareja, según fuentes de Pro vinculadas a Ritondo. Por decisión de Karina Milei, Pareja es el responsable de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires.
Soria dejará en abril la presidencia de la Corte a Kogan. Nadie espera que Kogan impulse una auditoría que revise y sistematice los fallos en los que participó el Tribunal de Casación. Podría tratarse de un prejuicio trivial: los almuerzos que Kogan compartiría con Karina Fernanda Diéguez, al menos una vez a la semana. Diéguez es la esposa de Torres.
Por Daniel Bilotta
LA NACION