Por un lado, los fondos de la seguridad social fueron durante demasiado tiempo una enorme caja de la que se sirvieron discrecionalmente los dirigentes políticos para hacer frente al déficit fiscal derivado de sus políticas irresponsables y de su corrupción.
Por otro lado, durante los 16 años en que gobernó la Argentina, el kirchnerismo acentuó la crisis del sistema previsional con cada vez más parches demagógicos. Desde 2003, se pusieron en práctica sucesivas moratorias que incrementaron en más de cuatro millones el número de beneficiarios de jubilaciones y que, en su mayoría, eran personas que nunca habían efectuado aportes previsionales o que los habían hecho de manera insuficiente. Así, hemos llegado a la actualidad, con casi siete de cada diez jubilados que han accedido al beneficio sin haber hecho los aportes necesarios. Mientras que en 2005 menos del 1% del total de jubilados del país alcanzaron su beneficio gracias a una moratoria, cifras oficiales de 2024 indican que ese porcentaje creció hasta el 67%, al tiempo que solo durante el año último el 75% de las personas que obtuvieron su jubilación la alcanzó a través de una moratoria.
La conclusión es que quienes, desde la oposición kirchnerista, dicen hoy movilizarse en defensa de los jubilados no son los más indicados para hacerlo. Gracias a sus políticas, el sistema previsional está como está.
Por Fernando Laborda
LA NACION